Imprimación anticorrosión

Imprimación anticorrosión

La imprimación anticorrosiva, como cualquier otra, está diseñada para mejorar la adhesión de la pintura a la superficie. Realizando esta tarea no peor que las imprimaciones convencionales para metal, sirve como protección adicional contra la corrosión. En la vida cotidiana, donde es imposible realizar trabajos complejos como galvanizar la estructura, ayuda perfectamente a hacer frente a cualquier óxido.

La imprimación anticorrosiva tiene las siguientes variedades:
  • aislante
  • fosfatación;
  • pasivante
  • banda de rodadura
  • Convertidores de óxido (imprimación de óxido).

Imprimación aislante - Este es un recubrimiento de polímero que bloquea mecánicamente el acceso de oxígeno y humedad al metal. Contiene zinc blanco, talco y barita. Una imprimación aislante es la protección contra el óxido más barata pero más ineficaz. Se utiliza principalmente para metales ferrosos.

Anticorrosivo fosfatante La imprimación, después de la aplicación al metal, entra en una reacción química con él, formando una capa de sales insolubles, que no solo mejoran la adhesión de la pintura a la superficie, sino que también evitan la corrosión debajo de la película. Este proceso se llama fosfatación en frío. La imprimación de fosfatación se adapta bien al acero galvanizado, y cualquier tipo de pintura ya se puede aplicar encima.

Imprimantes pasivadores, como regla, contienen cromatos de varios metales, que forman una película de óxido denso que ralentiza o previene la corrosión. Tales cebadores son mucho más confiables que los aislantes.

Imprimación de la banda de rodadura consiste en polvo de metal, cuyo potencial de electrodo es menor que el de la estructura protegida. Por lo tanto, el metal en el cebador es el primero en entrar en la reacción de oxidación.

Imprimación de óxido, o un convertidor de óxido (ácido o sin ácido), se utiliza cuando la limpieza de la corrosión no es posible o económicamente desventajosa. El óxido se convierte en compuestos insolubles que mejoran la adhesión de la pintura al sustrato. Su gran desventaja es que es imposible medir la cantidad requerida de sustancia: en algunas áreas habrá un exceso de imprimación, en otras, una desventaja. Una imprimación antioxidante no es adecuada para limpiar metal a escala o para pintar una estructura sin curar.

Con todas las ventajas de los modificadores, la mejor protección contra el óxido se logra aplicando una imprimación de fosfatación, pasivación o banda de rodadura a un metal que se ha limpiado de la corrosión.